Epidemiología y manejo de las fracturas por arma de fuego en fémur. Nuestra experiencia
Resumen
INTRODUCCIÓN
Las lesiones por proyectiles de arma de fuego (PAF) afectan cada vez con mayor frecuencia a la población civil. Se estima que el 57% de los pacientes presentan compromiso óseo, siendo la fractura de fémur la más frecuente.
El objetivo principal del tratamiento de estas fracturas se basa en minimizar las complicaciones y restaurar la función de la extremidad afectada. A pesar de su alta incidencia, el abordaje integral de estas lesiones aún es controvertido.
La ausencia de una clasificación universalmente aceptada y la falta de un protocolo estandarizado para su tratamiento fue lo que motivó la realización del presente estudio.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio retrospectivo, descriptivo. Entre 2019 y 2021 se incluyeron pacientes con fracturas de fémur causadas por arma de fuego. Se analizaron: la región anatómica del fémur involucrada, clasificación, el tratamiento y complicaciones.
Se dividió al fémur en tres zonas: Zona I (cadera en riesgo), zona II (diáfisis femoral), zona III (rodilla en riesgo).
Las fracturas se clasificaron como completas o incompletas dependiendo de la continuidad radiológica de las corticales.
A todos los pacientes se les realizó toilette mecánico-quirúrgica y aquellos con fracturas completas estabilización con fijador externo.
Los principales factores considerados para la elección del tratamiento definitivo fueron: la localización, el tipo de fractura y la integridad de las corticales.
RESULTADOS
De un total de 35 pacientes, 25 (71,43%) presentaron fracturas completas y 10 (28,57%) incompletas. Según la localización, la zona III fue la más frecuente (48,57%). Los pacientes con fracturas completas fueron tratados inicialmente mediante estabilización con tutor externo y las fracturas incompletas con reposo absoluto en 2 (5,71%) e inmovilización con valva de yeso cruropedio en 8 (22,85%).
19 pacientes fueron tratados mediante reducción y osteosíntesis con clavo endomedular, 7 con placa bloqueada y 9 tratamiento incruento.
Tuvimos como complicaciones, 1 artritis séptica, 1 osteomielitis, 2 pseudoartrosis, 1 lesión vascular y 1 caso de rigidez articular.
DISCUSIÓN
Las lesiones ortopédicas más frecuentes causadas por PAF son las fracturas de los huesos largos y están incluidas en el grado IIIA de la clasificación de Gustilo y Anderson.
Nos encontramos con patrones fracturarios que no eran aplicables a la clasificación OTA/AO de forma íntegra. Por lo que, clasificamos a las fracturas como completas o incompletas. Todas las completas se consideraron inestables independientemente de su localización mientras que las incompletas estables, salvo los casos de zona I (fémur proximal).
El clavo endomedular, es el método de elección para la resolución de las fracturas de fémur por PAF en zona I y II, mientras que en la zona III se requiere un análisis individualizado para la elección de el/los métodos de fijación.
Los pacientes con heridas por PAF tienen un mal cumplimiento en su seguimiento, en nuestro estudio solo el 45% asistieron a su control a los 3 meses. Consideramos que el seguimiento de estos pacientes es fundamental para valorar las complicaciones post-operatorias.
CONCLUSIÓN
En nuestro estudio, el 90% de los pacientes presentaron compromiso de la zona II y III. En las fracturas incompletas de zona I es conveniente realizar una fijación profiláctica por el riesgo de colapso o extensión del trazo con posterior desplazamiento.
Los porcentajes de complicaciones son similares a los reportados en la bibliografía, creemos que el manejo inicial y la correcta selección del implante definitivo de acuerdo con la zona afectada son sustanciales para lograr resultados satisfactorios.
La poca adherencia de estos pacientes al control post-operatorio dificultó el análisis de las complicaciones.
Nivel de evidencia: IV
Palabras clave: arma de fuego, fractura femoral, epidemiología, clasificación.